Llevo un tiempo pensando en subir esta entrada o no, en los días malos no tengo muchas ganas, pero en los buenos... al fin y al cabo si abrí este blog es para desahogarme, para sincerarme, para contar lo que no puedo contar día a día, para compartirlo y para mostrar la realidad de todo este proceso.

Por eso no me tengo que avergonzar, reconozco que necesito ayuda.

Traigo ya de base una ansiedad patológica, una inseguridad en mí misma muy grande y una autoestima por los suelos, y enfrentarme a mis embarazos ectópicos, a la larga búsqueda y a el futuro proceso de fiv me ha dejado por los suelos.

Llegué a un punto en que no podía salir de la cama, solo lloraba y lloraba, y aunque sea duro decirlo, en los peores días pienso en quitarme la vida. Afortunadamente me di cuenta a tiempo de que necesitaba ayuda y mi médico de cabecera me derivó a psiquiatría.

En la primera consulta te preguntan de todo, sobre tu pasado, tu presente y tus intenciones de futuro, tus relaciones, tus amistades, tu familia... todo.

Fui incapaz de hablar sin llorar. Le conté todo, y sobretodo le conté que todas mis amigas y familiares cercanas de mi edad (primas, etc...) se están quedando embarazadas y que no puedo soportarlo, he llegado a un punto en que no me alegro por nadie, en que la rabia me mata cada vez que me entero de alguien más, en que he dejado de lado a todo el mundo, para no ver a nadie embarazado, para que en caso de que lo estén no me lo cuenten. Voy a trabajar y vuelvo a encerrarme a casa. Eso sí me avergüenza... me siento mala persona por pensar así, pero no puedo evitarlo... es tanto el dolor.

Claramente me dijo que como quería quedarme embarazada no podía medicarme (ni yo buscaba eso, por supuesto) pero que mi ansiedad necesitaba un tratamiento, y que ella me brindaría apoyo psicológico, haríamos una consulta cada quince días y me mandaría a la enfermera de psiquiatría, donde empezaría unas clases de relajación, me enseñarían a meditar, a respirar... en términos genéricos, a controlar los ataques de ansiedad.

Ayer fui a conocer a la enfermera y quedé encantada con ella. Me explicó lo que haríamos en las sesiones y tras hablar un rato decidió que la próxima semana empezaríamos a tope a intentar controlar los pensamientos negativos.

Espero que me ayude, voy a tomármelo muy en serio y espero aprender mucho.